La celebración del 1º
Concurso de «Cante Jondo» los días 13 y 14 de junio de 1922 fue,
sobre todo, un intento de dignificación de la manifestación
artística que conocemos como «Flamenco». Las consecuencias a largo
plazo de tan magno evento supusieron que el flamenco dejara de ser
una manifestación artística minusvalorada, logrando la atención de
numerosos intelectuales que se acercaron a él desde un conocimiento
más profundo y objetivo.
Hoy día el Flamenco se
estudia en Conservatorios de Música y otros centros académicos, y ha
sido reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
por la Unesco.
En este ensayo se
recogen reflexiones en cuanto a la estela que dejó el Concurso
pasados cien años de su celebración
Artículo integrado en el
el Catálogo dela Exposición. En venta en la tienda:
Exposición Temporal verano 2022
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